martes, 30 de marzo de 2010

Hannah y sus hermanas


La filmografía de Woody Allen permite que hablemos de varias etapas en su cine y de, por supuesto, grandes cimas en su trabajo como director tridimensional que maneja drama,comedia y diálogo como muy pocos directores en el cine manejan. Del mismo modo, en su relación con las mujeres también existen varios Woody, que hacen grandes películas debido a ellas, o dicho de otro modo, como consecuencia de ellas, de las mujeres, vaya.

En esta película urbana y elemental que es HANNAH y SUS HERMANAS, escrita y dirigida por el señor Allen, la alianza con Mia Farrow resulta fundamental en una galaxia de actores donde destacan Max von Sydow, Michael Caine y Dianne Wiest. Las voces en off o fuera de campo de los diferentes personajes son un recurso que en esta película queda perfectamente integrado tanto en la historia como en la temática de ésta, y es que no vemos a los personajes que dialogan, vaya, y esto en su momento resultó extraño, al menos novedoso, y hoy es la lecha materna de muchas series de televisión, qué curioso, ¿verdad? Cuánto ha aportado Woody Allen a la televisión…¿no les parece?

Hannah y sus hermanas es un hit a la altura de Annie Hall o Manhattan, más que nada por el diseño de los personajes, fresco, audaz, y freudiano, y por el poso de nostalgia que reside en sus diálogos. Una peli donde la presencia del Woody Allen hipocondríaco enriquece sensiblemente este trabajo intelectual y popular, con el intransferible sello de calidad del señor Allen, un tipo, no lo olvidemos, que ha hecho grandes películas.

miércoles, 24 de marzo de 2010

Las vírgenes suicidas


El universo del prometedor escritor Jeffrey Eugenides fue adaptado al cine por Sofía Coppola en el aliento final del siglo XX, y con Las vírgenes suicidas la hijísima entró por derecho propio en la lista de promesas de la cinematografía internacional, facturando una ópera prima que bebe de aquí y de allá, de lo que aprendió de papá, y de los demás, realizando una película con un sello personal, romántico, y oscuro.
Las vírgenes suicidas es algo así como una mezcla entre Cuenta conmigo y Criaturas celestiales, donde la fotografía nos traslada a la América de los 70, y donde la maravillosa música del dúo francés Air hace muy bien su trabajo, un trabajo intenso, sentimental, y atmosférico, que arropa esta historia funesta de principio a fin, muy al estilo videoclip, que tanto gusta a la hija de su padre.
Una historia que encuentra un punto de vista narrativo muy suculento en un grupo de jóvenes adolescentes encandilados con cinco hermanas, donde palpita el recuerdo de cinco espectros angelicales, liderados por Lux, que interpretada por Kirsten Dunst llena, como se suele decir, la pantalla, con un notable toque televisivo, aparentemente dulce, pero siniestro en el fondo, donde el apoyo interpretativo del siempre eficiente y especializado James Woods, acompañado por Kathleen Turner, hacen de esta película una obra redonda, que quizás no pasará a la historia del cine con letras mayúsculas, pero que sin duda es una gran ópera prima y una película llena de nostalgia y de lecciones aprendidas.

miércoles, 17 de marzo de 2010

Vivir su vida


Godard es un grande del cine por unas cuantas razones convertidas en películas, pero sobre todo porque se la chupa todo un huevo, dicho esto en un riquísimo lenguaje coloquial. Es curioso ver cómo la filmografía de Godard está plagada de experimentos que ilustran esto, llenos de humildad, pero también de carácter, ejercicios de narrador y de cineasta explorador.

¿Es Jean Luc Godard un punto y aparte en la llamada "Nouvelle Vague"? ¿Es quizás la protagonista de Vivir su vida, la expresión metafórica del fin del séptimo arte? Sí, queridos amigos, quizás sí a todo.

Una chica de provincias que ejerce de puta en París es algo anecdótico e icónico que sirve para narrar, y no hay más, pero cómo mira a la cámara esta chica, cómo desde ahí entra en nuestras vidas, no es algo usual en el cine, sí en el de Godard, y por esto y por un sinfín de razones más, él es el maestro, y no otros que sin duda apendieron de él y de sus lecciones en forma de experimentos.

Vivir su vida es una historia triste, como muchas lo son en las vidas de las personas, por supuesto, conmovedora por momentos, pero sobre todo es una película que crece conforme los minutos van pasando, y una tragicomedia en toda regla. Una película que como el mercurio recoge todos los pedacitos diseminados a lo largo de la narración, unificando un bloque intelectual y artístico muy considerable en los minutos finales de este film acerca de la vida y, por supuesto, acerca del cine. Casi 50 años después, Vivir su vida sigue muy viva.

martes, 9 de marzo de 2010

Dancer in the dark

Golpear la conciencia del espectador como la golpea Lars Von Trier en todas sus películas es algo muy de agradecer, en este mundo medio despierto y medio dormido en el que vivimos.

La cruda realidad del mundo de hoy, y por desgracia, del mundo de siempre, basada en la falsedad y la mentira, vista a través del prisma de Selma, interpretada maravillosamente por la conocida cantante islandesa Björk, bien secundada por un icono de la gran pantalla, Catherine Deneuve. Una película que, utilizando las mismas armas que el enemigo, muestra justamente lo contrario que él, en esta película dramática, estética, profunda en su aparente supercialidad como pocas, y esperanzadora, de un director azotado por el rayo, y dispuesto a todo.

Von Trier logra en Dancer in the dark algo inaudito en el cine, no que sufras por el protagonista desde una posición de empatía distante, desde la seguridad de la barrera, sino que anula las distancias de protección y te mete de lleno en un mundo que todos conocemos bien, pues es éste, y no otro, igual de bello, que de cruel y triste. Un mundo donde la falsedad acampa a sus anchas y donde las espaldas, por seguridad, deben estar bien cubiertas. Una película que se atreve a ningunear al guión telefílmico, y a la comedia dramática falsa y de chicle que nos hacen tragar todos los días. Una película, o lo que ustedes quieran, pero un producto de primera, una obra maestra. Desoladora e inquietante, Dancer in the Dark es onírica y aplastante, a partes iguales, y una de las cimas del cine europeo, sin ninguna duda.

lunes, 1 de marzo de 2010

Persona


Persona es ante todo una experiencia estética, aunque también una experiencia profunda. Una de las grandes películas que la humanidad ha concebido y quizás la mejor película de Bergman. Un trabajo que el director escribió en un hospital mientras estaba convaleciente debido a un fuerte estrés. Una película que deja huella, basada en el silencio y en el monólogo, que apoyados en una fotografía magistral al servicio de las luces y las sombras de la personalidades interpretadas por Bibi Andersson y Liv Ulmann, extraordinarias las dos, hacen de Persona el ejemplo de cine culto y arriesgado que los cinéfilos veneramos.

Un cine lleno de elementos metafísicos, filosóficos, y psicoanalíticos, el de este gran hombre del frío. Un cine lleno de experimentos y de aciertos, lleno de imágenes que sugieren y de contenidos que laten en su interior. Persona es una película plagada de silencios, monólogos e imágenes misteriosas, y un trabajo de una calidad interpretativa pocas veces vista.

Una obra que no responde a géneros ni a límites, una obra libre, en este sentido, y mayúscula. Una película capaz de mostrar al ser a través de su mirada. Minimalismo formal y argumental en la obra de un artista que ligó su vida a su obra, y viceversa.

Persona, toda una experiencia fílmica. El cine como medio y un artista profundizando en la condición humana por medio de ese famoso parpadeo que a partir de imágenes fijas crea movimiento. El interior del ser humano en un ying yang plástico y nada ligero de contenido.
Ingmar Bergman, un director más allá del calor y el frío.