miércoles, 26 de enero de 2011

Vertigo

 Alfred Hitchcock es un director para la eternidad, y Vertigo, desde mi punto de vista, su obra más espectacular, y una de las más influyentes en la historia del cine. Y es que lo tiene todo, además de un virtuosismo técnico asombroso, unos créditos de infarto firmados por el muy grande Saul Bass, y el wagneriano envoltorio musical diseñado para la ocasión por Bernard Herrmann, que recrea a la perfección un universo hipnótico y alucinado. Vertigo es una espiral obsesiva, y una obra que nada tiene que ver con la literatura. Una película de marcado acento autobiográfico donde la narrativa audiovisual cumple con el objetivo de contar por medio de imágenes y sonidos, y de qué manera.  Un thriller policíaco. Una historia de amor necrófila y obsesiva. Imágenes de una intensidad aplastante en un universo onírico, que es el verdadero protagonista de esta película de misterio, donde la atmósfera lo es todo. Una fotografía increíble, y un espectral James Stewart realizando una de sus mejores interpretaciones. Una película más allá de la historia,  más allá de la trama y el argumento, y por supuesto más allá de los personajes. Una película con vida propia, que desempolva el mágico, y a menudo fantasmagórico, paisaje de algunos de los grandes temores del ser humano.
  Una película súper poderosa y de gran contenido psicológico. Un universo con cosas de Freud y de Lacan, y todo un vertiginoso espectáculo de amor y muerte, obsesiones y miedos. Una película alucinante, en el sentido literal de la palabra.

miércoles, 19 de enero de 2011

La noche americana



El decimotercer largometraje de Francois Truffaut, una de las más interesantes exploraciones que el cine ha realizado acerca del cine, y uno de los mejores trabajos del frontman francés, es una película absolutamente imprescindible, dotada de un enorme realismo, y un homenaje en toda regla al espectador. Una obra emocionante que circula alrededor de un tema central: el amor, el amor humano en todas sus formas y manifestaciones, en el marco del rodaje de una película, donde la mirada felina y los hipnóticos ojos verdes de Jaqueline Bisset ayudan a hacer que este film sea inolvidable.

La noche americana
es sin duda un gran homenaje, dirigido no sólo a los profesionales del audiovisual sino, y sobre todo, a los que no lo son, y una divertida y alocada historia que combina con habilidad comedia y drama, como en la vida misma. Oscar a la mejor película extranjera, La noche americana es una película europea, y de autor, y además es una película de una cinefilia incontrolada, plagada de instantes geniales, y entregada en cuerpo y alma al entretenimiento. Una historia hecha a base de sueños y recuerdos, acompañada por una barroca y maravillosa banda sonora, fimada por Georges Delerue, que coloca a este trabajo de Truffaut en la galaxia que le corresponde.
El cine, el arte, el negocio, las relaciones, los oficios, las emociones,… Un puñado de cuestiones con las que está tejido este trabajo coral, como el propio cine, convirtiéndolo en un sincero homenaje a la creación y a la mirada del niño.

miércoles, 12 de enero de 2011

Amarcord

 En aquel café en el que trabajaba como camarero un hombre robusto y más bien bajito me preguntó en un muy aceptable castellano, después de llevarse a los labios el espresso que acaba de servirle: A ver, chico…¿qué película de Fellini ganó el Óscar a la mejor película extranjera en 1974?
La pregunta no era de las fáciles, ya que hasta tres películas del gran director italiano obtuvieron el Óscar a la mejor película extranjera antes que Amarcord. El hecho de que acertara con la respuesta tuvo que agradar a Bruno Zanin, protagonista de esta película, y quizás gracias a esto pude disfrutar de su presencia y su conversación durante toda una tarde, en la que hablamos acerca del cine, las historias, y acerca también de los recuerdos.

  Amarcord es una bellísima historia hecha a base de recuerdos como éste que introduce esta columna dedicada a una de las películas más grandes de la historia del cine. La música mágica de Nino Rota, la fotografía de Giuseppe Rotunno, y el mosaico de personajes excepcionalmente dibujados por el dueto Guerra-Fellini, nos sumergen en un universo particular, y en un ambiente marcado por ensueños y recuerdos. De hecho, el título significa, en forma dialectal de la Romagna, "yo recuerdo".

  Autobiográfica y onírica, Amarcord es una de las obras magnas del cine, pero sobre todo es una película de enorme sensibilidad que ha influído en la obra de multitud de cineastas. Una película que no caduca, y que con los años se hace más y más grande. Una película de la que el bueno de Bruno Zanin podrá sentirse muy orgulloso el resto de su vida.