martes, 1 de diciembre de 2009

Gattaca


Cuántas películas con una buena historia acaban siendo pasto de los actores.
No sé. Muchas.

Los límites de la ética, el derecho a la vida, y si me apuran hasta el libre albedrío, son cuestiones planteadas en esta película de finales de los noventa de bonito título. Gattaca, sin ser una obra maestra, o siéndolo, quién sabe, es una de las historias que han tratado el futuro, más o menos lejano, con más austeridad tanto estéticamente como atendiendo a la historia que narra. Un futuro en que la condición humana sucumbe ante la tecnología, mientras la ciencia aparece retratada como un arma de segregación.

Una película en la que A. Niccol trabaja con una fotografía sobria, y unos diálogos directos y sencillos, sin dejar de lado lo emotivo, amparado por la cobertura musical de Michael Nyman, todo un experto en trabajos musicales para películas.

Un futuro no muy lejano con notas de atemporalidad para una historia bien estructurada, a partir de lo mejor que tiene esta película, el guión. Mas siempre hay un pero, ¿por qué no? Y es que tal vez la peor decisión tomada al respecto de esta producción fue haber escogido a Uma Thurman, y a Ethan Hawke para los papeles protagonistas. ¿Gattaca habría sido una película más creíble interpretada por dos rostros desconocido? Quizás. Es posible. Lo cierto es que la selección genética es un tema que hoy por hoy es actualidad, y los bebés a la carta, algo que cuando se produjo esta película era ciencia ficción, son ya una realidad.

Gattaca, una de esas películas que con los años va ganando puntos.



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