jueves, 8 de octubre de 2009

El crepúsuculo de los dioses
















Cinefilia, porque es más fácil hablar de lo que te gusta que de lo que no te gusta, y porque el cine es un arte abierto a las pasiones, y abierto también a mostrar sus interiores, aunque en éstos se encuentre la más desoladora realidad asociada a la industria del séptimo arte. CINEFILIA como reseña, o como artículo, o como idea convertida en líneas. Relatos acerca del cine, de las películas, y de los directores.

Billy Wilder realizó una de las grandes películas acerca de Hollywood y sus entrañas, a menudo repugnantes, localizando El crepúsculo de los dioses en el fin de la era del cine mudo y el inicio de la reconversión que produjo la introducción del sonido.
Dos personajes, dos. Y una industria como telón de fondo, el paisaje de un monstruo con piel resplandeciente, una California sin drimin. Una película que es un crepúsculo por sí misma, con dos actores arriba, muy arriba en sus respectivas carreras. Un largometraje ilustrativo de un tipo de cine y de una época, representativo en todos los sentidos de lo que se conoce como un clásico. Una historia sencilla entre una antigua star y un guionista atormentado. Un verdadero hito interpretativo. Trascendente, y ejemplo de guión e interpretación, fotografía y, por supuesto, dirección. Ha habido otras películas que han entrado hasta la cocina de Hollywood, pero ninguna con un sentido tan claro de la ficción, y de la realidad, por lo tanto, como esta SUNSET BOULEVARD., que alguien trasladó a nuestro idioma como EL CREPUSCULO DE LOS DIOSES.
Una prueba más, y van mil, de que la fuente es importante. Muy importante.

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