miércoles, 28 de octubre de 2009

F for Fake





F de Fraude, una película sencillamente diferente. Con F for Fake, Welles factura una magnífica reflexión sobre uno de los temas que más presencia tiene a lo largo de toda su filmografía: la dualidad entre lo real y lo ficticio en la representación artística. Un tema nada sencillo de abordar, por otra parte.
Una vez le escuché decir a alguien: Las películas de Orson Welles son como teatro, como trucos de magia… Para mi gusto, este ser no andaba desencaminado. Muchas de las obras de Orson Welles tratan sobre grandes personajes que comparten un halo de misterio y un alma infranqueable. El mismo Welles consiguió forjarse una personalidad enigmática como artista incomprendido por la industria. Confundir los hechos narrados con una pretendida realidad documental a modo de segunda ficción es en esta obra su gran baza. Así, Orson Welles manipuló imágenes de un documental realizado por François Reichenbach sobre fraudes, y con él entretejió un complejo rompecabezas.
Una historia que se centra en dos grandes estafadores del siglo XX: el pintor Elmyr D'Hory, un famoso falsificador de obras de Modigliani, Matisse o Picasso; y el biógrafo Clifford Irving, quien quiso lanzar como auténtica una biografía del multimillonario Howard Hughes. Con este material, Welles monta un verdadero collage de imágenes y crea una sensación en el espectador pocas veces vista ante la gran pantalla, la de no saber dónde está, ni qué ocurre en realidad, ni dónde está la frontera.
Orson Welles, un mago muy grande, siempre en la frontera.

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