miércoles, 10 de noviembre de 2010

Once


  Once es el título del maravilloso tema de la banda norteamericana Pearl Jam, incluído en su mítico álbum de debut, Ten, y además es el título de una poco o nada conocida película irlandesa que integra la música como elemento básico en la historia, con un pie metido en el musical y otro en el drama ligero de clara influencia televisiva. El álbum de Pearl Jam es imprescindible, no lo duden. La película en cuestión, recomendable.
  Desde un argumento extremadamente sencillo, una película puede abrirse a infinidad de temas, como ocurre con esta película dirigida por John Carney, donde el género musical palpita dentro de un caparazón de drama en el que la banda sonora refuerza las principales secuencias de la historia de Glen, un cantautor callejero irlandés, y Marketa, una preciosa joven checa. Una historia en la que la música es el nexo de unión entre los personajes protagonistas, y en la que quizás por esto se eche de menos el diálogo ante tanta canción junta. La historia de dos almas gemelas que se encuentran en la ciudad de Dublín, ilustrada, sobre todo, con canciones.
  Oscar a la mejor canción original con un tema titulado Falling Slowly, Once es una de esas películas que todos los años se cuelan en las candidaturas a los Oscar, y que de vez en cuando consiguen un premio, aunque éste sea al de mejor canción original. Una de esas películas que gustan más a Hollywood que a los cinéfilos, basada más en la forma que en el fondo. Una de esas películas indefinidas, y de centro. Porque el centro también existe en el cine, e incluso en el séptimo arte.



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