miércoles, 23 de junio de 2010

La ley del silencio

El miedo, por supuesto, es algo a lo que cada uno se enfrenta como puede.
Elia Kazan se enfrentó a él, condenando a otros, en 1952, delatando a sus antiguos amigos, y en aquellos momentos le dijo al productor teatral Kermit Bloomgarden: "Tengo que pensar en mis hijos", a lo que su amigo respondió: "Esto pasará y entonces serás un soplón también para tus propios hijos, piensa en eso". Elia Kazan, por desgracia, no le hizo caso, olvidando que aquéllos a los que delataba también tenían hijos.

Esta introducción resulta tener mucho que ver con la multioscarizada La ley del silencio, del año 1954, y si Kazan rodó esta película como justificación a su conducta delatora durante la llamada Caza de Brujas, que sí era una caza, y no de brujas, precisamente, esto no le otorga un pasaporte al cielo. Quizás sí al cielo de los directores, aunque no por ser un gran traidor, sino por ser un gran director de cine con películas como Un tranvía llamado deseo, a partir del texto de Tennesse Williams, y ésta On the Waterfront, conocida en español como La ley del silencio, donde el gran trabajo interpretativo del joven Marlon Brando y la debutante Eva Marie Saint, y la fotografía en sublime blanco y negro, a cargo de B. Kaufmann, junto a la música de L. Bernstein, son los principales valores de esta gran película, dotada de una enorme tensión dramática.
El perdón a través del amor en un guión clásico localizado en escenarios de nieblas evocadoras y misteriosas, maravillosamente fotografiadas. El escenario del silencio y del miedo.

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