miércoles, 30 de junio de 2010

Vive como quieras


Entretener no es un asunto sencillo, aunque aparentemente lo pueda parecer, y Frank Capra, director de esta comedia típicamente norteamericana fue no sólo un maestro del género, sino también del ritmo narrativo, asunto determinante para mantener la atención del espectador.
Vive como quieras es una película que, como tantas otras comedias norteamericanas, es la historia de dos enamorados, papeles interpretados por James Stewart y Jean Arthur, ambientada en un entorno navideño. Una película donde se enfrentan dos modus vivendi, y en cierto modo, dos tipos de familia.

Si bien Capra es un director cuyo cine tiene un notable regusto dulzón, su capacidad para los diálogos y para el entretenimiento, es indudable, y esta película es un gran ejemplo en cuanto a diálogos se refiere. Un desenlace amable, muy al gusto de Capra, y dos Oscar en 1938, al mejor director y a la mejor película, completan este trabajo con más de 70 años a la espalda.

Es un hecho que esta comedia ligera ha influído mucho, muchísimo, no sólo en el mundo del cine, sino también en los formatos televisivos, porque no hay que olvidar que Capra es el responsable de Qué bello es vivir, y desde mi humilde opinión, éstas dos producciones son, junto a La Soga de Hitchcock, tres de las películas que más han influído en la televisión.
Personajes pintorescos, en el sentido literal del término, situaciones esperpénticas, pero no surreales, y diálogos ágiles y entretenidos, definen a Frank Capra como un director comercial, y como un maestro en la llamada industria del entretenimiento.

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