miércoles, 9 de febrero de 2011

Vals con Bashir

  
Los documentales animados existen, y los documentales de animación, también. Lo que ocurre, quizás, es que el género documental es un género muy estereotipado, aunque en las últimas décadas haya renacido de sus cenizas con evidente fortaleza, mostrando diferentes formas de tratar el género, ya no sólo en el cine, sino también en la televisión.

  Vals con Bashir es, para empezar, un documental atípico, una grandísima película de animación, y una valiente aproximación a uno de los conflictos más importantes de finales del siglo pasado. A base de impresionantes dibujos de gran potencia visual y onírica, el documentalista judío Ari Folman recuerda la matanza en los campos de refugiados de Sabra y Chatila en 1982, por medio de una historia que habla, sobre todo, acerca de la memoria y la violencia, pero también acerca de los sueños y las pesadillas.
  Ari Folman consigue que ésta sea una película inteligente y eficaz desde el primer minuto hasta el útimo. Comprometida, artística y, sobre todo, de enorme sensibilidad, con una gran historia, contada a base de dibujos animados, combinando distintas técnicas de animación y complementando el aplastante trabajo visual con una no menos descomunal banda sonora. Un auténtico homenaje a películas tan dispares como Apocalypse Now o Ciudadano Kane, Vals con Bashir pega donde duele.  
  Dura y emotiva, ésta es una película ante todo necesaria. Una indagación en toda regla en la naturaleza del ser humano. Realismo surrealista. Protagonistas perfilados con gruesos trazos negros. Alto contraste. Un mundo de pesadillas y sueños.

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