miércoles, 23 de marzo de 2011

Soy un cyborg



Asociar el nombre de Park Chan-Wook con el de un cine extremadamente violento no sería tan correcto como decir que el director lo que practica es un cine de género fantástico, donde hay lugar para la violencia, el terror, el thriller, y hasta la comedia, al modo de un Tarantino oriental o algo similar, que no vive tanto del pasado más reciente como del futuro más o menos próximo al que nos enfrentamos.

  Soy un cyborg, o más correctamente I´m a Cyborg, but that´s ok, título original, es una película grabada en HD, pero una película, claro está, donde el director surcoreano tira de encuadres fascinantes y colores especialmente bien tratados para contar una bonita y efectista historia que igual que puede desilusionar definitivamente al público que vibró con títulos como Sympathy for Mr. Vengeance o la maravillosa Old Boy, quizás capture la atención de otro público aficionado al edulcorante y en general a los caramelos. Este título es un dulce, y lo es en el sentido de que se trata de una película popular, para todos los públicos, que eso sí, rezuma por todos lados cierto aroma alternativo cercano por momentos a algunos trabajos de Michel Gondry, sin ir más lejos, aunque contenga un indiscutible y a veces inescrutable aroma oriental.
  Un trabajo que comienza arriba, quizás muy arriba, y lógicamente acaba abajo, como no podría ser de otra forma, claro. Un motivo más, en cualquier caso, para seguir paso a paso lo que hace este tipo de ojos rasgados que en los últimos años se ha consagrado como una de las grandes promesas del cine oriental.

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